Los inversores aguardan el desenlace de los resultados de la polémica elección judicial que tuvo lugar el pasado domingo 1 de junio en México.
La reforma judicial fue impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y ha sido retomada por la actual presidenta, Claudia Sheinbaum, quien se ha encargado de finalizar el proyecto.
La elección ha generado controversia en México debido a que se cuestiona la independencia del Poder Judicial. Hasta ahora, las designaciones se realizaban de manera institucional y se basaban en méritos profesionales.
Con el nuevo proceso electoral, y dado que el partido de Sheinbaum domina el panorama político, se espera que estos puestos sean ocupados por personas afines a su formación. Las voces críticas advierten que esto podría politizar la justicia y poner en peligro la separación de poderes.
No obstante, AMLO ha defendido que la reforma “democratiza el Poder Judicial” y tiende un puente entre la justicia y el pueblo.
Los inversores internacionales han recibido con cautela esta elección al Poder Judicial. Aunque se espera que la economía de México continúe creciendo a lo largo de 2025, el flujo de inversiones dependerá de que la reforma no provoque un revuelo político.
Por el momento, el gobierno de Sheinbaum ha sido uno de los pocos en saber gestionar con habilidad las tensas relaciones con la administración Trump en Estados Unidos. En varias ocasiones, el gobierno republicano ha elogiado a Sheinbaum por su cooperación en temas migratorios.
A pesar de que Canadá, EE. UU. y México cuentan con un tratado de libre comercio (renegociado por el propio Trump durante su anterior mandato), el expresidente no ha dudado en amenazar a sus aliados comerciales con aranceles de hasta el 75 %, a menos que demuestren acciones firmes contra la inmigración ilegal y el contrabando.
Si en los próximos días México muestra signos de estabilidad, la inversión volverá a fluir con normalidad. Cabe recordar que el país latinoamericano se convirtió en 2023 en el mayor exportador hacia EE. UU., superando incluso a China.
Y aunque “Make America Great Again” siga siendo el lema principal de los republicanos, que promueven el regreso de las fábricas a territorio estadounidense, lo cierto es que el país sigue dependiendo, en gran medida, de naciones como México y China para mantener la estabilidad de los precios en una amplia gama de productos.
La semana pasada, el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, admitió que las inversiones extranjeras están a la espera “no tanto por la reforma judicial en sí, sino por la incertidumbre respecto a los aranceles de Trump”.
Se espera que el flujo de inversiones se recupere en los días posteriores a la elección, cuando se disponga de más información sobre sus resultados, ya que estos no fueron anunciados de inmediato.
Sin embargo, algunas inversiones podrían mantenerse en pausa hasta que se definan con claridad las nuevas reglas del juego en materia jurídica y regulatoria.